Los gatos suelen ocultar su dolor, pero hay señales que pueden ayudarte a
identificarlo. Presta atención a:

1. Cambios en el Comportamiento:

Menos actividad o juego.
Se esconde más de lo habitual.
Aumento de agresividad o irritabilidad.

2. Cambios en la Alimentación:

Pérdida de apetito.
Bebida excesiva o disminuida.

3. Aseo Personal:

Menos aseo o pelaje desordenado.
Lame excesivamente una zona específica.

4. Cambios en la Movilidad:

Cojera o dificultad para saltar.
Rigidez al caminar.

5. Cambios Vocales:

Maullidos más frecuentes o inusuales.
Quejidos o gruñidos.

6. Expresiones Faciales:

Ojos entrecerrados.
Orejas hacia atrás.

7. Postura:

Encorvado o en posición defensiva.
Dificultad para sentarse o tumbarse.

Consejo: Si notas alguna de estas señales, consulta a tu veterinario
para un diagnóstico y tratamiento adecuado.